Un hombre caminaba por la arena, el sol mortificaba su andar, teñia todo de irreal luminosidad. En algun momento, un concavo objeto tropieza con sus ojos, sobresale del polvo, como un trozo de pan brillante. El hombre lo desentierra, lo examina, lo frota, por afan que no conocemos. Un animal con formas humanas o un hombre con aspecto animal surge del objeto. " Hacia siglos que no tomaba aire, un deseo se te concedera. A cambio solo pido que continues frotando mi celda hasta dejarla brillante" exclama la figura. El hombre lo mira, piensa por unos instantes. Frota la concava figura y el genio dice " pide tu deseo ", el hombre resuelto, contesta, " deseo nunca haber limpiado este objeto ". El genio desaparece y el hombre imperterrito, prosigue su andar.
Fragmento tomado de la obra " Coelo, Carpe Diem" de Emmanuel Komar, escrito los ultimas dias de su vida.