In my darkest hour

A aquellos que no saben nada
Que creen en superhéroes
En democracias a la vuelta de las esquinas
En redenciones de ultimo momento
A los que dicen a mi nunca
Aquellos de los jamases en la boca
Que ven guerras por tv y piensan aquí no pasa
En cuyo mundo desconocen las noches insomnes
A los hermanos caídos o los parientes moribundos.
Déjenme contarles algo, era yo uno de ustedes.
Atrás la vida era fácil, todo, mas que caminar
se deslizaba, silente y ágil.
Si hago memoria:
Las noches no clavaban uñas en mi espalda
Los libros eran animales indefensos
El futuro no vagaba, ojeroso

con las manos en los bolsillos.
El mejor recuerdo que tengo:
La nieve cayendo en la pleamar del fin del mundo,
hoy es nada.
Y bueno, los niños continúan rebotando balones,
los perros lamen las manos juguetones,
Y el teléfono sigue sonando
Nada se detiene.
Solo carece de relevancia.
Los demonios están libres, sin darme cuenta,
fraguaron su conspiración,
un buque petrolero en el mar
se hace añicos
luego otro y otro y otro.
Soy el mar.
Soy los peces que yacen borrosos.
Hay terapias
Hay medicinas
Hay tecnologías
Hay doctores que dicen: “ no pasa nada”
Y te despiden con una palmada en la espalda.
Y uno es muchas cosas, pero no idiota.
Pero haces lo que el medico dice, gastas dinerales
En psicólogos, tomas píldoras, haces yoga, te consigues
Una esposa o una amante o una mascota.
Y dejas que la vida siga pasando
Como una película muda que tarda años.
Como algo que importa pero que en el fondo

no tiene sentido.